
Una mujer en la muralla de Taroudant (Marruecos)
La intersección entre género y diversidad cultural es un área compleja y rica en matices. Las mujeres experimentan su identidad de género de forma transversal de acuerdo con su identidad cultural, racial, étnica, religiosa o lingüística. Algunas culturas promueven la igualdad de forma más inclusiva, mientras que otras culturas se rigen por normas conservadoras o tradicionales que limitan las oportunidades y los derechos de las mujeres. En algunas comunidades, las mujeres de culturas minoritarias deben enfrentar estereotipos y prejuicios añadidos relacionados con la discriminación, el racismo, la xenofobia o la exclusión social, que se entrelazan con sus experiencias como mujeres y que dificultan su acceso a la educación o al mercado laboral. En Estados Unidos, por ejemplo, los trabajadores afroamericanos masculinos ganan un 25% menos que los trabajadores blancos con el mismo nivel de formación y experiencia, pero la brecha es aún mayor si, aparte de ser afroamericanos, además son mujeres.
“ En los Estados Unidos, las mujeres afroamericanas ganan un 63%
de lo que ganan los hombres blancos
– World Economic Forum
Abordar la intersección entre mujer y diversidad cultural implica reconocer, valorar y preservar las múltiples identidades y experiencias dentro de cada contexto y, al mismo tiempo, cuestionar y desafiar a los estereotipos, prejuicios y normas restrictivas que limitan la expresión de su pleno potencial. Al aportar perspectivas, voces y experiencias distintas a los debates sobre políticas públicas, derechos humanos o justicia social, la diversidad cultural enriquece a la comunidad. Promover el liderazgo y la representación de mujeres de diversas culturas a todos los niveles y en todas las esferas de la vida pública es un paso necesario para construir sociedades más tolerantes, inclusivas, justas y equitativas.

Policía afroamericana de Nueva York (EUA)