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La política del hijo único (China)
La política del hijo único, implementada en 1979 por el gobierno chino para contener el rápido crecimiento de la población, prohibía a las parejas urbanas tener más de un hijo. El gobierno aplicó medidas estrictas para asegurar su cumplimiento, incluyendo multas, la pérdida del puesto de trabajo y, en casos extremos, abortos forzados y esterilizaciones. Esta política tuvo consecuencias sociales y demográficas importantes, y aunque logró frenar el crecimiento de la población, también tuvo efectos negativos. Uno de los más destacados fue el desequilibrio de género resultante de una preferencia cultural por los hijos varones, lo que supuso un alto número de abortos selectivos y el infanticidio de niñas. Además, supuso el envejecimiento de la población, con una menor proporción de jóvenes para sostener a los ancianos. En 2013, en un intento por revertir las tendencias de disminución de la población activa, el gobierno empezó a relajar la política, autorizando a algunas parejas tener dos hijos. En 2021, se autorizó a las parejas tener hasta tres hijos.
“ La política del hijo único en China evitó unos 400 millones de nacimientos
– Organitzación Mundial de la Salud
Familia pescando en Key West (Florida, EUA)
La natalidad está influenciada por una variedad de factores que afectan directamente a las mujeres y que incluyen las decisiones personales, la propia salud, las políticas públicas o los contextos culturales, sociales y económicos. En muchos países desarrollados, las tasas de natalidad han disminuido en las últimas décadas debido a factores como la educación, el incremento en la participación de las mujeres en el mercado laboral, el acceso a los anticonceptivos o la preferencia por familias más pequeñas . Por lo general, las mujeres con un nivel de educación elevado y con aspiraciones profesionales tienden a retrasar la maternidad y tener menos hijos. En algunos casos, la falta de apoyo familiar, económico o social para equilibrar la maternidad y la propia carrera profesional, puede disuadir a las mujeres de ser madres. A consecuencia de todos estos parámetros, la tasa de natalidad global ha disminuido desde los 37 nacimientos por cada 1.000 personas a mediados del siglo XX, hasta los 18,5 nacimientos en la actualidad. Algunos países como España tienen tasas sensiblemente menores, en torno a los 7 u 8 nacimientos por cada 1.000 personas.
“ Europa tiene la tasa de natalidad más baja del mundo,
con una media de 10 nacimientos por cada 1.000 personas
– World Bank, Eurostat
Algunos países enfrentan desafíos demográficos críticos debido a la disminución de nacimientos, lo que ha propiciado que se implementen medidas para incentivar la natalidad. Las políticas que apoyan a las familias, como el permiso de maternidad y paternidad remunerado, la atención médica asequible o el trabajo flexible, han demostrado ser eficientes para impulsar las tasas de natalidad. Casi todos los países ofrecen algún tipo de licencia de maternidad, pero poco más de la mitad ofrecen paternidad, que además suelen tener duraciones y beneficios significativamente menores.
“ Sólo el 55% de los países ofrecen algún tipo de licencia de paternidad
– Organización Internacional del Trabajo


Niños de las comunides rurales (El Salvador)