El techo de cristal
El término "techo de cristal" hace referencia a las barreras invisibles, pero reales, que impiden que las mujeres y otras minorías, pese a sus méritos o capacidades, logren niveles más altos en sus carreras profesionales. Una de las primeras menciones documentadas del término fue en un libro publicado en 1984 por Gay Bryant. Sin embargo, el concepto fue popularizado en 1986 por la revista Wall Street Journal en un artículo titulado The Glass Ceiling: Why women can't seem to break the invisible barrier that blocks them from the top jobs?. El término fue adoptado rápidamente en estudios académicos, informes gubernamentales y discursos públicos para describir las dificultades y limitaciones estructurales y culturales que afectan a la movilidad laboral de las mujeres. Desde entonces, el "techo de cristal" se ha convertido en una metáfora poderosa y ampliamente utilizada para describir las desigualdades de género en el lugar de trabajo, inspirando numerosas políticas destinadas a abordar y desmantelar estas barreras invisibles pero, al mismo tiempo, evidentes.
“ El 61% de las mujeres consideran que no tienen las mismas
oportunidades de promoción que sus colegas masculinos
— McKinsey & Company, Women in the Workplace Report

Chef y marmitona en un restaurante de Beijing (China)
Las desigualdades entre hombres y mujeres en el ámbito laboral han sido factores persistentes a lo largo de la historia, y todavía hoy siguen siendo un obstáculo importante. A pesar de las leyes en favor de la igualdad de género, muchas mujeres todavía enfrentan discriminaciones en el puesto de trabajo en forma de sesgos en la contratación, en la promoción, en la asignación de tareas o en el salario. En las últimas décadas, la desigualdad salarial entre hombres y mujeres se ha reducido, pero a pesar de los avances existe una brecha significativa en muchos países y sectores. Incluso cuando las mujeres y los hombres desempeñan roles idénticos o similares, las mujeres suelen ganar menos que sus colegas masculinos. En la Unión Europea, la brecha salarial de género es del 14,1%.
“ A escala mundial, las mujeres ganan un 23% menos que los hombres por el mismo trabajo
— Organización Internacional del Trabajo
Esta brecha es todavía más pronunciada en áreas rurales de países en desarrollo, donde la participación laboral de las mujeres es significativamente alta, aunque a menudo en trabajos precarios, sin protección social y mal remunerados. En el África Subsahariana, más del 90% de las mujeres rurales trabajan en sectores informales. Además, en muchas regiones, las mujeres tienen menos acceso a recursos productivos como tierras, créditos o tecnología, lo que contribuye a amplificar las desigualdades y perpetuar los ciclos de pobreza que sufren.
“ Las mujeres de zonas rurales ganan el 60% de lo que ganan los hombres
— FAO


Una mujer haciendo pan (Uzbekistán)
Una mujer esparciendo el grano (Laos)