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Leymah Gbowee es una activista que jugó un papel decisivo para acabar con la segunda guerra civil de Liberia. Gbowee lideró el movimiento pacifista "Women of Liberia Mass Action for Peace", que movilizó a miles de mujeres. Su planteamiento basado en la no violencia y la inclusión de las mujeres en el proceso de paz fue fundamental para alcanzar un acuerdo que trajo la estabilidad al país. En 2011 fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz. Como ella, otras muchas mujeres han jugado roles determinantes en la resolución de conflictos a lo largo de la historia, aportando perspectivas únicas y habilidades esenciales para la mediación.

Ellen Johnson Sirleaf, expresidenta de Liberia, es una figura destacada en la resolución de conflictos. En 2011, junto a Leymah Gbowee y Tawakkol Karman, fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos en la promoción de la seguridad y los derechos de las mujeres. Su liderazgo fue fundamental en la recuperación de Liberia después de la devastadora guerra civil. Implementó políticas de reconciliación y reconstrucción que ayudaron a estabilizar el país, promoviendo la participación de las mujeres en la vida política y social.

Miriam Coronel-Ferrer es conocida por su papel como jefe negociadora en el proceso de paz entre el gobierno de Filipinas y el Frente Moro de Liberación Islámica (MILF). Fue la primera mujer en firmar un acuerdo de paz importante en el sur de Asia. Su liderazgo y planteamientos inclusivos durante las negociaciones contribuyeron a la firma del Acuerdo Marco sobre el Bangsamor (2012) y el Acuerdo Integral sobre el Bangsamor (2014), promoviendo la paz y el desarrollo en una región históricamente maltratada por los conflictos.

Hanan Ashrawi es una líder política palestina y académica que ha estado involucrada en el proceso de paz palestino-israelí. Fue la primera mujer en ser elegida miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), y ha jugado un papel fundamental en las negociaciones de paz. Su defensa de la diplomacia y el diálogo ha sido esencial en la búsqueda de una solución pacífica al conflicto.


Niñas en la playa de Salvador de Bahía (Brasil)
La experiencia demuestra que la participación de las mujeres en las negociaciones de paz tiende a mejorar la calidad y la implementación de acuerdos. Los valores femeninos tienen un valor genuino en la resolución de conflictos, aportando perspectivas únicas que complementan y enriquecen las estrategias tradicionales. Las mujeres tienden a poseer una capacidad natural para ponerse en lugar de los demás y comprender las emociones y perspectivas de todas las partes involucradas. Son hábiles en la construcción de consensos y en la negociación basada en intereses comunes, buscando compromisos que beneficien a todas las partes y promuevan la estabilidad a largo plazo. Suelen abogar por estrategias preventivas que toman en consideración las causas profundas de los conflictos, como la desigualdad, la exclusión, la injusticia social o la protección de los derechos humanos. Esta empatía facilita la construcción de complicidades y confianza, elementos clave para la reconciliación y la resolución pacífica de disputas.
“ Los acuerdos de paz liderados por mujeres tienen un 64% menos de probabilidades de fracasar
y un 35% más de probabilidades de durar al menos quince años
— ONU Mujeres
Aunque la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada en 2000, subraya la importancia de la participación femenina en todos los niveles de la prevención y resolución de conflictos, a menudo las mujeres son excluidas de los procesos. En muchos contextos, ni siquiera las mujeres con roles de liderazgo en la sociedad civil son tenidas en cuenta en las negociaciones formales, a pesar de su papel activo en la construcción de la paz en el ámbito comunitario.
“ Entre 1990 y 2020, sólo el 13% de los negociadores, el 6% de los signatarios
y el 3% de los mediadores en procesos de paz fueron mujeres
— ONU Mujeres

Una mujer hamer (Omo Valley, Etiopía)