
Una niña hace la colada en el Nam Ou (Laos)
En un recóndito rincón de Laos, rodeada de montañas y campos de arroz, vive Suni, que apenas hace una semana cumplió diez años. Como todas las mañanas, mientras el sol se levanta, la niña comienza su intensa jornada de trabajo. Hoy, como otros muchos días, la madre le ha encomendado la tarea de lavar la ropa en el río que serpentea a poco más de un centenar de metros del poblado. Con una cesta de mimbre llena de ropa, camina por el sendero resbaladizo hasta la orilla. Al llegar, la coloca sobre los cantos rodados pulidos y empieza a sumergir las piezas en el agua fría y a frotarlas vigorosamente con los puños. El trabajo es monótono, pero no se detiene. Cuando todas las prendas están limpias, las extiende ordenadamente sobre las rocas calientes y entonces se regala unos momentos de descanso. Por fin. Y mientras la ropa se seca, remoja los pies en el agua fresca y observa los peces que van y vienen despreocupados, como si no pasara nada.
“ En el mundo, por cada 100 niños que no van a la escuela hay 123 niñas que tampoco van
– UNESCO

Una niña hace la colada en el Nam Ou (Laos)
Casi todas las sociedades del mundo son patriarcales, con roles de género claramente definidos: los hombres son los proveedores económicos y líderes familiares, mientras que las mujeres son las responsables de mantener las tradiciones, del hogar y de la crianza de los hijos. En la mayoría de las culturas, la educación familiar suele transmitir estas normas de generación en generación, y ya desde pequeños, los niños y las niñas asumen estos roles sin cuestionarlos. A los niños se les enseña a realizar tareas que conllevan fortaleza física y emocional; a las niñas, por el contrario, se les enseña a asumir roles de cuidado, a preparar los alimentos o a asistir a las madres en las tareas domésticas como limpiar, lavar los platos o hacer la colada.
“ En muchos hogares, los recursos familiares, como los alimentos o la atención médica,
son distribuidos de manera desigual, favoreciendo a los hijos sobre las hijas
– UNICEF
En las últimas décadas, la educación en el ámbito familiar sobre roles femeninos y masculinos ha evolucionado hacia una mayor igualdad, ofreciendo modelos diversos de feminidad y masculinidad, permitiendo a los niños y niñas explorar una variedad más amplia de intereses y de habilidades. Sin embargo, persisten desigualdades y expectativas tradicionales en muchos aspectos de la vida que limitan el desarrollo personal de los niños en general, y de las niñas en particular. En una sociedad inevitablemente cambiante, la educación y la sensibilización de los niños y niñas en el ámbito familiar es clave para promover un crecimiento personal saludable, más allá de las limitaciones impuestas por los estereotipos de género.

Una niña lava la vajilla (Laos)