
Protesta de las Sufragistas en Londres (Inglaterra)
La consolidación de los derechos políticos de las mujeres ha sido un proceso de resistencia y lucha por la igualdad, protagonizada por activistas valientes que tuvieron el coraje de desafiar las normas establecidas. Es el caso de las "sufragistas", un grupo de mujeres que se rebelaron por el derecho al voto en Inglaterra, a principios del siglo XX. Lideradas por figuras como Emmeline Pankhurst y sus hijas, Sylvia y Christabel, este grupo de mujeres, miembros de la Unión Social y Política de Mujeres, sufrieron arrestos, encarcelamientos y huelgas de hambre, desafiando a una sociedad que hacía mucho tiempo que las ignoraba. Finalmente, en 1918, después de años de intensas protestas, se aprobó la Representation of the People Act, un documento que otorgaba el derecho al voto a las mujeres mayores de treinta años que cumplían ciertos requisitos de propiedad. En 1928, Equal Franchise Act extendió el derecho al voto a todas las mujeres mayores de veintiún años, en igualdad de condiciones con los hombres. El movimiento de las Sufragistas sentó las bases para futuras demandas de igualdad en otros ámbitos y otros países.
“ En España, las mujeres obtuvieron el derecho al voto en 1931
— ONU Mujeres

Protesta de las Sufragistas en Francia
Los derechos políticos de las mujeres y su presencia en las instituciones ha sufrido una evolución significativa a lo largo de la historia. En tiempos pasados, las nobles podían gestionar propiedades e influir en la política mediante matrimonios estratégicos, pero no fue hasta finales del siglo XIX y principios del XX cuando se intensificaron los movimientos sufragistas en varios países. Estos esfuerzos culminaron con importantes victorias, como el otorgamiento del sufragio a las mujeres en países como Nueva Zelanda (1893), Australia (1902), Reino Unido (1918) o Estados Unidos (1920). En España, las mujeres obtuvieron su derecho al voto en 1931.
A medida que las sociedades avanzaban, las mujeres empezaron a intervenir activamente en la política más allá del voto: consiguieron desempeñar cargos electos en parlamentos nacionales, gobiernos locales y organizaciones internacionales, incrementando su presencia en los espacios de toma de decisiones. La adopción de convenciones y tratados internacionales, como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer de la ONU, en 1979, fortaleció el reconocimiento de sus derechos políticos e instó a los Estados a garantizar la igualdad en la participación política. A pesar de los avances, todavía enfrentan importantes retos. A nivel global, sólo el 24% de las alcaldías o el 21% de los ministerios están ocupados por mujeres, evidenciando una brecha significativa en el acceso equitativo a las funciones públicas.
“ Las mujeres sólo ocupan el 26,5% de los escaños parlamentarios a escala mundial
— ONU Mujeres
En muchos países, las mujeres están infrarrepresentadas en parlamentos, gobiernos locales y demás instituciones. Las normas culturales arraigadas siguen perpetuando roles de género tradicionales que desalentan la participación política de las mujeres. Estos obstáculos pueden resultar difíciles de superar incluso con avances legislativos formales. A menudo, las que se dedican a la política sufren amenazas, violencia, acoso y discriminaciones, lo que puede afectar a su confianza y capacidad para ejercer sus responsabilidades de manera eficiente y segura.


Votantes celebran la victoria de Lula en las elecciones presidenciales de Brasil