Psicopia: las mujeres y la educación superior


Retrato de Elena Lucrezia Cornaro Piscopia (1646-1684)

En la Europa medieval, la educación superior estaba reservada a los hombres. La teología era la titulación de mayor prestigio, seguida del derecho y la medicina, y las mujeres no podían convertirse en sacerdotes, ni abogados ni médicos. En 1672, desafiando las convenciones, Elena Lucrezia Cornaro Piscopia se matriculó en la Universidad de Padua para estudiar teología, y su valía impresionó a sus instructores. Fue la primera mujer en obtener un doctorado, pese a la desaprobación de la iglesia, por lo que la Universidad de Padua no otorgó ningún otro doctorado a una mujer durante tres siglos. Como Piscopia, otras mujeres asistieron a clases universitarias, pero ninguna de ellas tuvo la oportunidad de graduarse, ya que la educación partía de la idea de que las mujeres no necesitaban un título para ejercer sus funciones de ama de casa, madre o servidora doméstica.

Históricamente, las mujeres han tenido que superar muchos obstáculos para acceder a la educación superior, puesto que las instituciones educativas a menudo limitaban o excluían su ingreso en base a normas sociales y culturales restrictivas. En el último siglo, las luchas feministas y los movimientos por los derechos civiles han jugado un papel esencial en la apertura de oportunidades educativas, y hoy las mujeres superan a los hombres en términos de matriculación y finalización de estudios universitarios en muchos países.
 

 A escala global, las mujeres constituyen el 54% de los alumnos de estudios superiores
Banco Mundial

Las estudiantes observan una disección en el  Hospital de la Mujer (Filadelfia, 1911)

Aunque ha habido un incremento de la participación de las mujeres en la educación superior, todavía persisten desigualdades en ciertas áreas académicas y profesionales como las ciencias, la tecnología, la ingeniería o las matemáticas (STEM), así como en campos profesionales como el derecho, la medicina o los negocios, tradicionalmente dominados por varones. A nivel mundial, sólo el 35% de los estudiantes de STEM son mujeres. En contraposición, las mujeres están sobrerrepresentadas en campos relacionados con la educación, la salud o el bienestar, donde constituyen alrededor del 70% de los estudiantes. El desafío de equilibrar futuras carreras profesionales exigentes con las responsabilidades familiares es un factor que suele afectar a las mujeres a la hora de tomar decisiones relativas a los estudios. 

 En campos como la ciencia, la tecnología, la ingeniería o las matemáticas
sólo el 35% de los estudiantes son mujeres
UNESCO

Además, las mujeres de grupos minoritarios étnicos, de bajos ingresos o con discapacidades, sufren dificultades añadidas para acceder y completar la educación superior a causa de barreras financieras, discriminación o falta de apoyo institucional. Las normas culturales persistentes en algunas comunidades también son un importante impedimento. En muchas regiones del África Subsahariana y del Sur de Asia, más del 30% de las chicas se casan antes de los dieciocho años, lo que interrumpe su formación condicionando, inevitablemente, sus futuras expectativas de crecimiento personal y profesional .

 Cada año se casan 12 millones de chicas menores de dieciocho años
UNICEF

Dos estudiantes camino de la universidad (Bangkok, Tailandia)

Entradas que pueden interesarte